El llamativo pedido de los parlasurianos se justifica, entre otras cosas, por la creación de la Comisión de Derechos Humanos, la Subcomisión de Verdad y Justicia sobre la Guerra de la Triple Alianza, con el objetivo de indagar sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en el curso de la contienda.
Explican además que el Archivo Nacional Paraguayo (que data del año 1537) cayó el 12 de agosto de 1869 en manos del ejército brasileño, a cargo del entonces ministro brasileño José María Da Silva, vizconde do Rio Branco.
De igual manera, señalan que fueron secuestrados también trofeos de guerra, muebles y otras pertenencias del Estado paraguayo, que también corresponde que sean devueltos y que hacen a la historia del país y, en particular, a la guerra, como el cañón cristiano.
Firmaron la siguiente petición Ricardo Canese (proyectista), Tomás Bittar (presidente del Parlasur), Manuel Morínigo (presidente de la delegación paraguaya), Nelson Argaña, Enzo Cardozo, Edith Benítez, Neri Olmedo, Juan F. Bogado Tatter, Luis Carlos Neumann, Blanca Lila Mignarro, Celso Troche, Milciades Duré, Atilio Penayo, Jorge Torales, José Torres y Jorge Baruja.
Contexto
En junio del 2021 la comisión de Derechos Humanos del Parlamento del Mercosur aprobó la creación de una comisión de Verdad y Justicia sobre la Guerra de la Triple Alianza, el conflicto bélico que entre 1864 y 1870 enfrentó a una coalición integrada por el Imperio Brasilero, Uruguay y Argentina, contra Paraguay.
La propuesta fue presentada por el diputado paraguayo Ricardo Canese (Frente Guasú), quien pidió hacer un estudio de los daños que provocó aquella contienda, de la misma forma en que se analizó otros episodios que marcaron la historia universal, como el holocausto del nazismo.
El legislador señaló en su momento que la guerra fue un “genocidio” contra el pueblo paraguayo y los ciudadanos de los demás países involucrados: Argentina, Brasil y Uruguay.
“Pocos son los culpables, muchos fuimos las víctimas”, apuntó mientras agregaba que luego del estudio del acontecimiento, se debe dejar de homenajear a los considerados genocidas, tal como ocurrió con los dictadores Alfredo Stroessner (Paraguay), Augusto Pinochet (Chile) y Jorge Rafael Videla (Argentina).
