Tiempos interesantes se viven, al menos en el ámbito político, en Paraguay. “Primero” fue el mazazo a uno de los hombres más poderosos del país: Horacio Cartes. Tras designar como “significativamente corrupto”, el Gobierno de los Estados Unidos adelantó que se vendrían nuevos anuncios próximamente.
Ahora el golpe cayó en carpas oficialistas. Y vaya golpe por parte de los norteamericanos.
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En resumen, el Gobierno de EE.UU. designó ayer como “significativamente corruptos” al vicepresidente Hugo Velázquez y al asesor de Yacyretá, Juan Carlos Duarte, por ofrecer sobornos de más de US $1 millón a un funcionario público paraguayo.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, argumentó la designación “debido a la participación en actos de corrupción significativos, incluido el ofrecimiento de soborno a un funcionario público paraguayo y la injerencia en procesos públicos”.
Por su parte, el embajador de los Estados Unidos de América en Paraguay, Marc Ostfield, explicó que “a pedido de Velázquez, Duarte, su cercano colaborador personal y profesional, ofreció el soborno de más de US$ 1 millón a un funcionario público paraguayo, un acto consistente con un patrón aparente de actividad corrupta compartida. Esto se hizo para obstruir una investigación que amenazaba al vicepresidente y sus intereses financieros”.
Tras el anuncio, Velázquez confirmó a los medios que daba un paso al costado en su carrera a la presidencia y que, de hecho, se retiraría de la arena política para poder “limpiar su nombre en honor a su familia”.
Cabe destacar que la sanción norteamericana también incluye a sus hijos y a la esposa, Lourdes Samaniego, quien es fiscala general adjunta con permiso. A partir de ahora tienen prohibida la entrada a ese país y no podrán utilizar su dinero allí.
Un historial… cuestionable
Tiempo atrás antes de la designación, Velazquez se vio envuelto en numerosos escándalos y conjeturas políticas complicadas. Como parte de estos escenarios también se vió involucrado el ahora ex asesor de Yacyretá, Juan Carlos Duarte.
Una foto de 2016 en la que Velázquez y Duarte, durante una visita a Líbano, se mostraron en un yate con Walid Amine Sweid (acusado por Estados Unidos de financiar al grupo terrorista Hezbollah, clasificado como grupo terrorista por Washington) causó mucho revuelo en su momento, aunque el político negó cualquier conexión.
“Me endilgan una alianza con el Hezbollah cuando yo no tengo nada absolutamente que ver con ellos salvo aquel viaje oficial cuando nos fuimos (a Líbano) ocho diputados. A partir de ahí aparece que yo tengo vinculaciones con Hezbolá. ¡Jamás! Yo condeno el terrorismo en todas sus formas”, argumentó en su momento.
Cabe recordar que tanto Velázquez como Duarte fueron fiscales en Ciudad del Este, zona de la triple frontera con Foz de Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina). Según las sospechas de Estados Unidos, aquí supuestamente empresarios de origen musulmán enviaban dinero para Hezbollah.
Incluso la Fiscal General del Estado, Sandra Quiñónez (quien recientemente se salvó de un tercer intento de mandarla a un juicio político por mal desempeño de funciones), salió a decir que Velazquez no estaba vinculado al terrorismo, pese a que hay indicios de vínculos del ahora ex precandidato a la presidencia con los supuestos implicados en la causa. “No estoy defendiendo al vicepresidente, pero hasta el momento no estamos encontrando una vinculación suya con el terrorismo”, mencionó Quiñónez en 2018.
Si esto no fuera poco, a este caso se le suma sus vínculos con el pastor José Insfrán, buscado en el marco del megaoperativo A Ultranza Py por los presuntos delitos de narcotráfico y lavado de dinero.
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Como dato no menor y relacionado, las autoridades colombianas, estadounidenses y paraguayas estuvieron desarrollando varios perfiles criminales para generar una hipótesis sólida que hoy apunta a que el homicidio de Marcelo Pecci fue ordenado por el ‘clan Insfrán’, una red dedicada al tráfico de cocaína liderada por Sebastián Marset Cabrera y Miguel Ángel Insfrán Galeano.
Pero si algo destaca del historial de Hugo Velázquez es su importante participación en el fallido negociado de la Itaipú Binacional, con la dichosa acta entreguista del 2019.
Un mensaje de texto filtrado presentaba al abogado José Rodríguez González (alias Joselo), como asesor del vicepresidente. Joselo invocó al presidente Mario Abdo Benítez y a Hugo Velázquez en una negociación que guardaba relación con la propuesta de compra de energía de la ANDE, por parte de la empresa brasileña Léros Comercializadora, supuestamente ligada a la familia del mandatario brasileño Jair Bolsonaro.
El segundo del Poder Ejecutivo aseguró en la sede del Congreso Nacional que en el desarrollo de las investigaciones «jamás apareció su nombre», y que a su entender «quedó claro» que él no sabía sobre el contenido del acta. Siendo vicepresidente de la República.