Familiares de donantes exhortan a tomar conciencia respecto a este acto de amor al prójimo, que puede salvar o mejorar la vida de otras personas cuya salud está comprometida o en situación de riesgo.
Todos pueden ser donantes y tienen el derecho a donar, sin límite de edad. Cuando una persona se plantea la posibilidad de ser donante, lo primero que tiene que hacer, y lo más importante, es comunicar su decisión a la familia y los amigos más cercanos.
Los interesados en ser donantes, pueden adquirir su carnet descargando el formulario en este enlace. Es importante que esta decisión sea comunicada a los familiares y amigos más cercanos.
Un donante cadavérico puede salvar a más de 10 personas; los órganos que se pueden donar son: dos riñones, un hígado, un corazón, dos pulmones y el páncreas. En cuanto a los tejidos, se pueden ceder las dos córneas, los huesos y la membrana amniótica, obtenida de placentas. En vida, se puede donar un riñón, una parte del hígado, como también la médula ósea, siempre que estén emparentados.
“Cualquiera de nosotros, en algún momento de la vida, podría necesitar un trasplante de órganos, o tal vez un familiar cercano o una persona muy allegada a nuestros afectos, por ello, es importante reflexionar sobre la importancia de ser donante de órganos, una decisión personal que algún día podría salvar la vida de otros seres humanos”, destacan desde la cartera sanitaria.
“Salvar una vida es salvar el mundo”
Hoy, según la “Ley Anita” 6170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento, pero de cada 100 solo 10 fallecen en situación de posibles donantes y de ellos solo 3 serán válidos como donantes reales; ya que depende de las condiciones en las que ocurrió el fallecimiento.
“La gente no entiende la dimensión de la vida; porque una enfermedad le puede tocar a cualquiera. Hay 400 personas que se declararon objetoras al trasplante y es usual que familiares de las personas fallecidas se opongan al procedimiento”, lamenta el Dr. Gustavo Melgarejo, titular del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
Accidentes de tránsito: se necesita donantes de huesos
Un importante testimonio es el de Diego Alderete, quien el 9 de noviembre de 2020 tuvo un accidente en motocicleta. “Tuve una fractura expuesta de tibia y peroné de la pierna izquierda, con pérdida de 9 centímetros de tibia. A consecuencia de eso, necesitaba el trasplante de hueso”, relata el joven de 31 años, oriundo de Villarrica.
Indica que antes del trasplante sentía gran incertidumbre y miedo, ya que de eso dependía que pudiera volver a caminar.
“Con el transcurrir del tiempo voy recuperándome gracias a Dios y a los profesionales que me acompañan; casi toda mi vida va volviendo a normalidad. Les diría que donen, que salvarían muchas vidas, y cambiarían también condiciones de vida, que fue lo que pasó en mi caso”, manifiesta Alderete, quien fue trasplantado hace un año y cuatro meses.