Este miércoles, la gastronomía de Ciudad del Este perdió a una de sus figuras más emblemáticas con el fallecimiento de Estanislaa Isasi viuda de Jara, conocida cariñosamente como «Ña Morocha». A sus 83 años, dejó un legado culinario y social que será recordado por generaciones en la región.
Nacida en la ciudad de Itauguá el 7 de mayo de 1941, «Ña Morocha» comenzó su carrera como docente en su tierra natal, donde también encontró a su compañero de vida, quien ejercía como director en la misma institución educativa.
En 1979, la familia decidió trasladarse a lo que en ese entonces era conocido como Puerto Presidente Stroessner (hoy Ciudad del Este), y fue en 1982 cuando abrió su primer local de comidas en la intersección de la Av. Choferes del Chaco y Campo Vía, en el Área 4.
Lo que comenzó como un modesto emprendimiento de venta de empanadas, pronto se transformó en un ícono de la gastronomía esteña.
Las empanadas de Ña Morocha se convirtieron rápidamente en un símbolo de la ciudad. Así como en Asunción el “Lido Bar” es una referencia culinaria, el local de Ña Morocha ocupaba ese lugar en Ciudad del Este.
Su cocina no solo destacó por su calidad, sino por su capacidad de unir a la comunidad. La gente, tanto locales como visitantes, utilizaba su establecimiento como un punto de referencia geográfica, siendo habitual escuchar la frase: “a x cuadras de Ña Morocha”
Pero más allá de su éxito comercial, Ña Morocha será recordada por su incansable espíritu solidario. A lo largo de su vida, preparó miles de comidas gratuitas para personas en situación de vulnerabilidad, un acto de generosidad que dejó una huella profunda en la comunidad.
Esta icónica ubicación ha sido, y continúa siendo, un punto de encuentro para generaciones de estudiantes que organizan kermeses y eventos de recaudación de fondos. La importancia de «Ña Morocha» en la consolidación de este lugar como referencia geográfica clave en la ciudad es indiscutible.
Su legado no solo queda en la memoria de sus fieles clientes, sino también en su familia. Ña Morocha dejó cuatro hijos, tres varones y una mujer, quienes crecieron viendo el impacto de su madre en la vida de muchas personas. Laura Jara, su hija, señaló que la vida de su madre bien podría escribirse en un libro, dada su dedicación incansable y el cariño que recibió a lo largo de los años.
«Ña Morocha» festejando su cumpleaños en 2014.
Con la partida de Ña Morocha, Ciudad del Este pierde a una figura clave en su identidad culinaria y comunitaria, pero su legado seguirá vivo en cada rincón de la ciudad que ayudó a construir.
