En un momento crítico para los ciudadanos paraguayos, que se preparan para viajar al interior del país durante la Semana Santa, la empresa estatal Petróleos Paraguayos (Petropar) anunció un aumento significativo en los precios de los combustibles, sumándose así a las subidas ya efectuadas por emblemas privados. Esta noticia ha generado una ola de descontento generalizado entre la población, que critica al Gobierno por la falta de sensibilidad ante una época de alto consumo de combustible.
La medida fue anunciada a través de un escueto mensaje en redes sociales el pasado martes, donde se detallaron los nuevos valores que regirán desde la medianoche del miércoles.
Las naftas Kape88, Oikote93 y Aratirí97 sufrieron incrementos, pasando de 5.650 a 6.140 guaraníes, de 6.150 a 6.640 guaraníes, y de 7.500 a 7.990 guaraníes, respectivamente.
Asimismo, el diésel Porã aumentó de 7.250 a 7.740 guaraníes, mientras que el Mbarete pasó de 9.050 a 9.540 guaraníes. Por su parte, el ÑandeGas subió de 5.300 a 5.500 guaraníes.
Petropar, que cuenta con 242 estaciones de servicio distribuidas a nivel país, fue una de las últimas empresas en aplicar el alza de precios, después de que emblemas privados como Shell, Petrobras, Petrosur y Petrochaco ya hubieran aumentado sus tarifas en aproximadamente 600 guaraníes para todos los tipos de naftas y combustibles.
Copetrol, Puma y Petromax fueron los primeros en implementar los nuevos precios.
SUBA DE PRECIOS A DÍAS DE SEMANA SANTA
El timing de este incremento no podría ser más inoportuno, dada la tradición de los paraguayos de viajar a sus ciudades natales durante la Semana Santa, lo que implica un mayor consumo de combustible.
El aumento ha provocado una fuerte reacción negativa en la sociedad, que ve cómo se elevan los costos de uno de los aspectos más esenciales para sus traslados en un periodo tan significativo.
La medida ha desencadenado debates y críticas hacia las autoridades por la percepción de una falta de planificación y sensibilidad hacia las necesidades de la población, especialmente en un momento en que muchos se disponen a celebrar las festividades lejos de sus hogares.
Este aumento en los precios del combustible no solo impacta en los gastos directos de los viajeros, sino que también podría tener efectos en el costo de otros servicios y bienes, aumentando la presión sobre el bolsillo de los ciudadanos en una época ya de por sí costosa.
