“Soy pastelera, pero me dedico a preparar dulces y salados. Los más pedidos son las tortas y los bocaditos”, explica Mercado. También cuenta que este trabajo es cíclico y que ahora, al acercarse la temporada navideña, recibe muchos pedidos de panes dulces, típicos de la época. “Estoy elaborando a full, tanto de frutas, que son los más tradicionales, como de chocolate. También hago panes dulces rellenos por pedido”, agrega.
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El hacer pasteles no es algo que se le haya ocurrido de la noche a la mañana. Viviana le da mucha importancia a la preparación: “Me estoy capacitando permanentemente. Empecé con pastelería profesional. Hice cursos cortos de tortas, bocaditos gourmet, panadería básica, panadería saludable. Me voy formando cada día, con el trabajo”, comparte. Además, va agregándole su propio toque a cada una de sus creaciones: “Veo recetas que resultan y las voy adaptando con las técnicas e ingredientes que me gustan”, detalla.
A pesar de que su trabajo puede pasar por uno más del montón, Vivi afirma que existen factores que hacen que las comidas que elabora sean especiales: “Para empezar, por los ingredientes de calidad que uso”, puntualiza. “Uno va a otras panaderías, pastelerías y va a encontrar cosas más básicas, más simples y está bien, pero no es el tipo de producto que yo quiero ofrecer. Yo me voy por lo que me parece más lindo, además de por lo más rico, por supuesto. Le doy mucha importancia a lo visual porque creo que a los clientes los conquisto por los ojos y si a eso se suma un relleno exquisito, está garantizado que van a volver”, señala orgullosa.
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Previo a la pandemia, Viviana trabajó en diferentes ámbitos. Incluso llegó a emplearse en una confitería, a medida que se formaba, pero al final todo se resumía en hacer un poco más de tiempo para seguir estudiando lo que más le apasionaba: la pastelería. “No fue hasta que inició la pandemia que me dediqué tiempo completo a esta actividad. Si ahora logré abrir un local fue por la insistencia de mis clientes, porque yo tenía mis reservas. Sé que no es fácil mantener un local propio, con los gastos que eso exige, así que el que yo pueda hoy hacerlo demuestra que lo que hago está gustando”, explica.
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El futuro no le asusta. Su trabajo gastronómico es ahora su principal forma de ingreso y ayuda en la manutención de su familia, así que solo piensa en ir hacia adelante. “Mi meta es seguir creciendo en el trabajo y la capacitación, para también poder dar empleo a más personas que amen este hermoso oficio”, puntualiza. Lanza además un mensaje de superación para quienes, como ella lo hizo alguna vez, se sientan vacilantes de iniciar nuevos proyectos: “No tengan miedo, que luchen por sus sueños. Yo empecé de abajo, estudié, me preparé y de a poco me salió todo. Batallé mucho para conseguir lo que tengo y sé que otros en mis circunstancias pueden hacerlo”, finaliza
