La sinopsis nos sitúa en 1969, cuando se celebró uno de los juicios más populares de la Historia de Estados Unidos, en el que siete individuos detenidos durante una manifestación en contra de la guerra de Vietnam fueron juzgados tras ser acusados de conspirar en contra de la seguridad nacional. Su arresto se produjo a consecuencia de unos disturbios contra la policía y el juicio, impulsado por el nuevo fiscal general, fue claramente político, dando lugar a una serie de conflictos sociales, manifestaciones, movimientos ciudadanos, impulso de los derechos civiles que pasarían a la posteridad en una época de grandes cambios en los Estados Unidos.
La música de Daniel Pemberton, la fotografía de Phedon Papamichael y sobre todo la dirección y guión de Aaron Sorkin nos entrega un trabajo muy dinámico, con momentos cumbres y diálogos espectaculares que rápidamente nos hacen olvidar que estamos escuchando un montón de términos judiciales.
El reparto integrado por los nominados y premiados Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Mark Rylance, Frank Langella, Joseph Gordon-Levitt, Jeremy Strong, John Carroll Lynch, Alex Sharp, Yahya Abdul-Mateen II y Michael Keatonm cumple de manera excepcional y con mucha química su trabajo, siendo Baron el de mejor desempeño.
Pero sobre todo lo más importante de esta película es la enorme lección de derechos civiles que deja, además marcando la pauta de forma agresiva que todo, absolutamente todo es político y su coyuntura.
“El juicio de los 7 de Chicago” surge como una opción obligatoria en tiempos de pandemia, donde autoridades y gobiernos de turnos aprovechan la oportunidad para engañar, abusar y pisotear los derechos del pueblo con la excusa de supuestamente estar cuidando a los mismos.