
Edelio Morínigo Florenciano fue capturado por la organización guerrillera mientras se encontraba disfrutando de un día libre de su trabajo. Estaba en compañía de sus familiares y amigos, con quienes fueron de cacería a la estancia María Auxiliadora, a 46 kilómetros de la ciudad de Horqueta.
Ingresó al bosque, cuando fue interceptado por integrantes del grupo armado, quienes se lo llevaron. Y desde ahí, poco más se supo del agente policial hasta la fecha.
Nadie pensaba que aquel día sería de las últimas ocasiones en las que se vería al suboficial con vida. La última vez, de hecho, fue en un video publicado por el EPP a solo meses del inicio de su secuestro, cuando los criminales realizaron una filmación previa a la liberación de Arlan Fick.
El EPP nunca pidió dinero a cambio de su liberación, pero sí planteó un canje por unos integrantes del grupo armado que se encuentran encarcelados. Dicha propuesta no había sido aceptada por el gobierno.
A mediados del 2018, integrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) hallaron panfletos que, supuestamente, fueron dejados por los miembros del EPP y hablaban de la muerte del suboficial. Esta noticia fue comunicada a la familia, pero no pudieron confirmar que Edelio haya muerto.
“No quiero morir sin saber antes qué pasó con mi hijo»
Ni dos gobiernos, ni una cuantiosa cantidad de ministros del Interior en todos estos años, ni más de 128 millones de dólares invertidos en la Fuerza de Tarea Conjunta (integrada por miembros de las Fuerzas Armadas de Paraguay, de la Policía Nacional del Paraguay y de agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas) pueden responder las inquietudes de la madre de Edelio: doña Obdulia Florenciano.
«Hasta ahora no hay nada de información. Ya se terminó esta historia, porque no hay nada, ni una noticia. Hoy se cumplen ocho años del secuestro de mi hijo y desde esa vez solamente hubo un video (de prueba), cuando estaba con Arlan (Fick), y después ya nada más», expresó a la radio tras casi una década de la desaparición.
Respecto a la Policía Nacional, institución de la que formó parte su hijo, dijo que son inoperantes. Consideró que las autoridades son «unos inútiles».
«Yo, por ejemplo, no quiero morir sin saber antes qué pasó con mi hijo. Pero, en esta situación me voy a morir antes y eso duele mucho. Pienso que voy a morir antes de saber qué pasó con mi hijo», agregó la madre.
Florenciano no solo tiene que aguantar la pesadumbre de no saber qué pasó con su hijo, sino también la falta de respeto por las autoridades nacionales. En 2020, denunció que un par de efectivos de la FTC le llegaron a amenazar: «Me decían que me calle, que soy una piedra en el zapato de la FTC y que les molesto» sostuvo.