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Dilemas del derecho a vivir en familia en Paraguay

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Dilemas del derecho a vivir en familia en Paraguay
Foto: El Urbano/ Nelson Ibañez

En Paraguay, desde Municipalidades hasta el Gobierno Nacional, se declaran defensores de la vida y la familia. Sin embargo, gran parte de las familias paraguayas sobreviven en extrema pobreza y más del 90% de los casos de abuso sexual infantil ocurren en el entorno familiar. ¿Qué hace el Estado para garantizar la protección y los derechos de infancias y adolescencias?

Existen unas 40 entidades de abrigo a nivel país, según datos del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia. Estas instituciones albergan a niños, niñas y adolescentes, que por orden judicial fueron separados de sus familias por algún tipo de violencia.

La Ley 6486, aprobada el 04 de febrero de 2020, les exige transformarse a la modalidad de acogimiento familiar, con requerimientos que no se adaptan a la realidad que enfrentan los hogares en Alto Paraná.

“En Paraguay no se puede aplicar esta ley, porque nosotros no contamos con la ayuda del Estado, ni del Ministerio de la Niñez, ni de la Gobernación, ni de la Municipalidad, para que podamos construir casitas, casitas, casitas como ellos quieren. Ellos quieren que en una casa vivan 6 niños con un cuidador. Actualmente tenemos 8 trabajadores acá, para pagar a estos 8 a nosotros nos cuesta muchísimo, porque lo hacemos con ayuda de personas solidarias”, comentó Cristina Brítez, fundadora del Hogar Las Tías de Presidente Franco.

En esa entidad, actualmente viven 37 niños, niñas y adolescentes, en su mayoría víctimas de abuso sexual. “El hogar debe ser transitorio. Eso está estipulado en la Ley. Los niños deben estar máximo un año en un hogar, pero esa no es nuestra realidad. Nosotros tenemos niños que están desde el 2010”, agregó Brítez.

La ley establece que los niños deben quedar por un tiempo máximo de 6 meses en los hogares, sin embargo, la mayoría se queda hasta cumplir la mayoría de edad. (Foto: El Urbano/Nelson Ibañez)

A su vez, la directora del Hogar Infantil Santa Elena (HISE), María Elena Tindel, tiene la misma opinión: “Yo veo que es una utopía. En papeles es algo muy lindo pero… hoy justamente tuvimos fiscalización y le estaba diciendo a las licenciadas, son modelos extranjeros que se trae pero que no se ajusta a nuestra realidad. Yo tengo más de 5 niños acá, y la mayoría son grandes, grupos de hermanos que fueron declarados en adopción, que ya son grandes que están a punto de cumplir la mayoría de edad. ¿Dónde se les ubica a estas criaturas? ¿Qué se hace con ellos? Que presenten un plan de vida digno para cada uno de ellos, con gusto feliz y contenta vamos a cerrar el hogar porque ya no habrá niños necesitados”

La Ley: justificaciones y desafíos para su aplicación

El 04 de Febrero de 2020 se promulgó la Ley N° 6486 “De promoción y protección del derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir en familia, que regula las medidas de cuidados alternativos y la adopción”. Esta ley establece parámetros de infraestructura y plantel humano para el funcionamiento de los hogares de abrigo, que en la mayoría de los casos se sostienen con donaciones y no cuentan con apoyo del Estado.

“Lo que busca la Ley 6486 es proteger a los niños, niñas y adolescentes, que se encuentran separados de sus familias. (…) Busca establecer estos parámetros, estos lineamientos, de modo que la protección del cuidado alternativo sea más efectiva y eficaz”, explicó el viceministro de la Niñez y la Adolescencia, Eduardo Escobar Said.

Los hogares deberían ser la última opción, pero terminan siendo el primer lugar al que son derivados ante una intervención judicial. (Foto: El Urbano/Nelson Ibañez)

Recordó que el hogar debe ser la última instancia. Que ante un caso de violencia, abuso o abandono, primero se debe buscar un familiar cercano que pueda cuidar al niño/a o adolescencia, luego personas cercanas de confianza como vecinos o profesores, otra opción es una familia acogedora inscripta en el Sistema del MINNA y como última opción, un ente de abrigo.

“Esta transición de modelo de cuidado al niño que está en una entidad de abrigo, se inició mucho antes de la ley. Teníamos en vigencia un reglamento del Ministerio de la Niñez vigente desde 2015 el cual ya establecía parámetros de cuidado hacia los niños en entidades de abrigo. La ley viene a formalizar ese proceso. Muchas instituciones ya pasaron por ese camino y están en esa etapa de terminar de ajustarse a esos parámetros”, aclaró la coordinadora de Entidades de Abrigo del MINNA, Nadia Florentín.

Comentó que existe una mesa de diálogo con las entidades de abrigo, para ayudarles a construir ese camino y encuentren la manera de seguir trabajando en la protección de la niñez, teniendo en cuenta los parámetros establecidos en la ley.

“También es muy importante resaltar qué es lo que quiere proteger la ley, que es el derecho que tiene el niño a vivir y crecer en una familia. Entonces cuando nosotros, no le podemos brindar esa respuesta de manera inmediata porque no hay familia biológica que pueda hacerse cargo, o no hay familia acogedora, entonces las entidades de abrigo buscan proteger al niño, pero tenemos que darles un modelo lo más parecido a una familia. Entonces eso es lo que se busca, el trato personalizado, individualizado, conociendo cada una de las necesidades del niño en base a su propia historia de vida”, recordó la funcionaria.

La urgencia de un compromiso de todos

El desafío es lograr que los niños y niñas logren volver a vivir con familiares y evitar que crezcan en un ambiente institucionalizado. (Foto: El Urbano/Nelson Ibañez)

“El Sistema no funciona. Hay muchos niños que están hace años en el hogar. Sin embargo su expediente está ahí. Pero también yo les entiendo a los jueces y el entiendo a las defensoras, porque de qué les sirve apurar el expediente y sacarle al niño del hogar, e ir y meterle de nuevo en el mismo pozo donde estaba, porque ese niño fue sacado por abuso, por maltrato y el Estado no hizo absolutamente nada con esa familia mientras que ese niño esté en el hogar, esa familia pueda prepararse y volver a reinsertarle a sus hijos en la casa”, reclamó Cristina Brítez del Hogar Las Tías.

Y agregó: “El Estado en vez de estar dando asistencialismo a las familias, el Estado debe invertir en esa familia, prepararles para que puedan autosustentarse”.

En respuesta a esta crítica, el viceministro Eduardo Escobar respondió: “Se debe fortalecer el sistema para que los niños que ingresen al sistema de protección no vayan directamente a un hogar de abrigo. Eso por una parte, pero por otro lado, se tienen que generar mecanismos a nivel departamental, programas de acogimiento nacional”.

Mientras el Estado se organiza y el gobierno demora en invertir lo necesario en políticas públicas sociales, niños, niñas y adolescentes crecen en hogares de abrigo, muchos lejos de sus familias, pero contenidos por personas solidarias que se autogestionan para garantizarles un proyecto de vida para cuando sean adultos.

Dos jóvenes que crecieron en hogares de Alto Paraná, dejan su mensaje al Estado y la sociedad:

Aprendí muchísimas cosas. Me brindaron muchísimas cosas y yo no iba a ser todo lo que soy ahora, gracias a la directora, a la tía Mari. Debería haber más lugares así en Paraguay y que se les apoye más. Ahora quiero ingresar en la UNE, estudiar y poder ser alguien. Ayudar a mi familia, a mis hermanos, a mi mamá. Yo creo que hay que hacer una campaña o un proyecto, del Gobierno, para que apoye más a los padres, por ejemplo si viene un niño en el hogar, para que se esté trabajando por sus padres, para que pueda irse a un internado o le den un trabajo, porque ser pobre no es motivo para que se les saque a los niños, pero muchas veces eso le lleva a hacer otras cosas para poder mantener a su familia, por eso hay gente roba y eso. Creo que necesitan más apoyo.

D.A.O. (19 años)

Yo llegué en octubre del 2018. Llegué con mis hermanos. Mi hermanita prácticamente creció acá porque cuando vino tenía un año nomás y ahora ya tiene 4 y está en la escuela. Y yo estoy muy feliz de estar acá porque jamás tuve la oportunidad de tener todo. Gracias a la tía Elena estoy estudiando, trabajando y procurando para salir adelante. Y sacarle adelante a mi familia y ayudar a mi mamá. Estoy haciendo el último año del colegio y cuando termine quiero estudiar comunicación. Lo que yo tengo como para pedir al Gobierno es que ellos se pongan las pilas y que acompañen a las familias que le falta ayuda, que acompañe, así ya no habrá más niños en los hogares y cada uno va a crecer con su familia. Así como debería ser.

L.A. (18 años)

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