En Ciudad del Este, el recién erigido monolito masónico, situado ilegalmente en un espacio público atribuido al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, ha desencadenado un amplio debate social. La obra, cuestionada tanto por su procedencia como por su simbolismo, enfrenta la oposición de grupos conservadores y la Iglesia Católica, y será demolida según mandato del MOPC debido a infracciones legales. Esta situación ha destacado la recurrente problemática de la informalidad y la descoordinación entre entidades en Paraguay, provocando reacciones ciudadanas que van desde el repudio hasta acciones de protesta directa como la del cuestionado ex concejal “Kelembu”, quien intentó derribar el monolito a mazazos.
A inicios de mayo, la sorpresiva inauguración de un monolito masónico en el paseo central de Ciudad del Este generó revuelo y controversia.
Situado en un terreno que teóricamente pertenece al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), el monumento no solo incumplió normativas estatales sino que también desató un acalorado debate sobre la informalidad y la desorganización administrativa en Paraguay.
Grupos conservadores cristianos han tildado la obra de “monumento a la prepotencia y avaricia”. Rumores de estos grupos han circulado acerca de un posible acuerdo entre la masonería local y la intendencia de la ciudad, sugiriendo que el monolito sería una contraprestación por protección jurídica.
Aunque estos comentarios provienen de fuentes anónimas dentro de la masonería, han exacerbado las tensiones en la comunidad.
El controversial monolito masónico. (Foto: Gentileza)
La posición de la Iglesia Católica ha sido clara y contundente en su postura contra la masonería. El Papa Francisco reiteró a finales del año pasado la incompatibilidad de esta última con la fe católica. Este rechazo no es nuevo: en 2012, la Conferencia Episcopal Paraguaya ya había catalogado a la masonería como un “peligro” para la fe.
El MOPC, por su parte, ha calificado la instalación del monolito como una “grave irregularidad”, destacando no solo la polución visual sino también el riesgo que representa para el tránsito en uno de los puntos más transitados del país.
El ente comunicó que “ya se han tomado medidas para la demolición del monolito”, argumentando incumplimiento de la Ley Nacional de Tránsito y Seguridad Vial que prohíbe ocupar la franja de dominio público.
Por su parte, la Municipalidad de Ciudad del Este también se ha pronunciado, aclarando que el espacio donde se erigió el monolito no está bajo su jurisdicción y, por lo tanto, se deslinda de cualquier responsabilidad sobre su construcción.
La polémica en torno a esta construcción ha sido aprovechada por el ex concejal Celso Miranda, más conocido como “Kelembu”, ya que durante la noche del lunes 20 de mayo intentó derribar el monolito de forma simbólica durante una de sus transmisiones en vivo.
Celso Miranda intentó derribar la polémica obra (Foto: Gentileza)
Armado con un mazo y acompañado de un par de seguidores, “Kelembu”, quien llegó a repartir caña a menores de edad y solo consiguió 121 votos en las elecciones del 2021, afirmó “actuar como cristiano” y aseguró que la estructura no era patrimonio público, evitando así posibles repercusiones legales.
Este suceso destaca la persistencia de la informalidad y la falta de coordinación entre distintas autoridades en Paraguay. La eventual demolición del monolito masónico parece ser inminente, pero el debate sobre las responsabilidades y los procesos administrativos inadecuados permanecerá.