El diputado Raúl Benítez llevó a cabo una representación simbólica en los pasillos del Congreso Nacional, evocando los crímenes y abusos cometidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner, cuyo cumpleaños es recordado el 3 de noviembre. La llamativa manifestación fue utilizada por el legislador como motivo para expresar su rechazo al autoritarismo y a la supuesta reivindicación de la violencia que, según advirtió, impulsan ciertos sectores políticos afines a Honor Colorado.
En la protesta, Benítez instaló un mural con fotografías y objetos alusivos a las torturas y violaciones a los derechos humanos que caracterizaron los 35 años de gobierno de Stroessner.
Además, un “cadáver” simbólico, atado y cubierto, reforzaba el mensaje de repudio a lo que considera una glorificación peligrosa de una época oscura.
“No más autoritarismo, no más atropellos, no más uso de instituciones para perseguir”, declaró el diputado, quien advirtió sobre el avance de prácticas que considera reminiscentes de la dictadura stronista en la política actual.
Rechazo a la reivindicación de la dictadura
Benítez, visiblemente molesto, aseguró que la reivindicación de Stroessner por parte de algunos parlamentarios es “un acto de violencia contra los desaparecidos, los asesinatos y todos los abusos cometidos en esa dictadura”. Enfatizó que los sectores que celebran la figura del dictador ignoran las heridas que su régimen dejó en la sociedad paraguaya. “Estamos viendo un Estado instrumentalizado para servir a los intereses de una élite, un Estado que persigue a organizaciones y a la prensa. No queremos volver a vivir algo parecido a esa dictadura”, expresó Benítez, aludiendo a la denominada “comisión garrote” y a otras medidas que percibe como ataques directos a la libertad de expresión y la disidencia.
La protesta de Benítez surge en un contexto de polémicas recurrentes en torno a la figura de Stroessner dentro del Congreso. Días atrás, el diputado Jatar Fernández, en una intervención en la Cámara, celebró la próxima llegada de su hija el 3 de noviembre, haciendo una peculiar referencia: “Es una fecha feliz, el mismo día del cumpleaños de mi general”, en alusión al dictador. La afirmación generó reacciones diversas y avivó el debate sobre la persistencia de símbolos autoritarios en la política actual.
Quizás te puede interesar: La reproducción del stronismo en democracia
En un episodio anterior, el senador colorado Colym Soroka también causó controversia al exhibir el bastón de mando de Stroessner en el Senado, lo que derivó en un tenso enfrentamiento con el senador liberal Éver Villalba, cuya familia sufrió persecución durante la dictadura. La disputa llegó a un punto crítico cuando ambos parlamentarios estuvieron a punto de enfrentarse físicamente.
Durante su protesta, Benítez instó a la ciudadanía a mantenerse vigilante ante los intentos de ciertos sectores de promover una reforma constitucional que, según él, pondría en riesgo la democracia paraguaya. “La Constitución que tenemos hoy nació del rechazo a la dictadura y en un pacto democrático. No podemos permitir que intenten retroceder a esos tiempos de represión y persecución”, advirtió.
La figura de Stroessner sigue siendo objeto de divisiones en Paraguay, con sectores que continúan exaltando sus obras y otros que recuerdan los abusos y el autoritarismo de su régimen. En septiembre, el presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, se refirió al “cambio geopolítico” logrado bajo Stroessner y destacó el impulso de los tratados de Itaipú y Yacyretá.
Benítez concluyó su mensaje con un firme rechazo a cualquier intento de restaurar prácticas autoritarias. “Ya no hay cabida para los nostálgicos del pasado oscuro. La democracia debe ser defendida, y el Congreso no debe convertirse en un espacio de glorificación del autoritarismo”, sentenció.
Lea más: Parodia, farsa y burlas: así eran las “elecciones” en época de Stroessner
