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Casi 2.000 mujeres fueron internadas por abortos entre 2018 y 2019 en Alto Paraná

Según datos e informaciones del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social del año 2020;  entre los años 2018 y 2019 se registraron entre 8.000 y 9.000 casos anuales de “egresos hospitalarios por causa de aborto”. Central y Alto Paraná son los departamentos que registran mayor cantidad de egresos hospitalarios de aborto. Central tuvo 2.923 casos en 2018 y 2.674, sumando 5.597 y en Alto Paraná, el MSP registró 1.082 egresos hospitalarios en 2018 y 849 en 2019, sumando 1.931 casos.

Una investigación publicada en 2017 por el Centro Paraguayo de Estudios de Población (CEPEP), concluyó que el aborto inducido es frecuente en mujeres jóvenes menores a 25 años de edad, comprendido en el rango de 15 a 25 años de edad. El estudio estimó que en Paraguay se realizaron aproximadamente 32.237 abortos inducidos en el 2012.

Los datos indican que las mujeres abortan en Paraguay, aún cuando esta decisión de no ser madres las obliga a someterse a intervenciones en condiciones de insalubridad y clandestinidad, que pone en riesgo sus vidas y su libertad. En Paraguay, la lucha por el aborto como derecho es antigua, pero enfrenta un gran estima y fuerte represión en una sociedad donde las instituciones religiosas permean e inciden en el sistema educativo y las decisiones del gobierno.

La Campaña 28 de Septiembre y la lucha por el aborto legal

La Campaña 28 de Septiembre por la despenalización y legalización del aborto en América Latina y el Caribe es una iniciativa regional del movimiento feminista, que cuenta con diversas organizaciones paraguayas adheridas. Tiene como visión “una sociedad democrática, donde las mujeres deciden sobre sus cuerpos y proyectos de vida, estas decisiones son respetadas y los Estados generan las condiciones para garantizar el ejercicio de los derechos”.

Es un espacio de articulación política del movimiento feminista que promueve el debate público y político, la ampliación de base y consenso social y cambios jurídicos que contribuyan a la transformación cultural y social.

La propuesta surgió el 22 de noviembre de 1990, en San Bernardo (Argentina) durante el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe donde se acordó “declarar el día 28 de septiembre como Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y del Caribe”, creando comisiones por el derecho al aborto en cada país de la región y/o apoyar a las ya existentes. Se formó la “Coordinadora Latinoamericana y del Caribe para la movilización por el derecho al aborto”.

“En dicho encuentro feminista participamos feministas paraguayas siendo la Coordinadora de Mujeres del Paraguay la que dio el gran impulso para la conformación de la C28 Capítulo Paraguay, a la que se fueron sumando  otras  organizaciones”, comenta Marina León, feminista, integrante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir Paraguay y vocera de la Campaña 28 de Setiembre.

En Paraguay, las denuncias por violencia sexual contra mujeres, adolescentes y niñas son diarias, en muchos casos las víctimas quedan embarazadas y son obligadas a parir. (Foto: Gentileza)

El aborto como derecho y lo que dice la ley en Paraguay

“El aborto legal y seguro es un derecho reproductivo constitutivo de los derechos humanos y el cual se ejerce en un contexto de laicidad del Estado, justicia social e igualdad de género”, explica Marina León.

Afirma que la efectividad del aborto como derecho se puede lograr “promoviendo el debate público y político, desmitificando creencias consideradas dogmas, transformar prácticas culturales y desculpabilizar a las mujeres”.

Y agrega: “También se debe partir de datos bien concretos y crudas realidades para visibilizar que una gran  cantidad de mujeres abortan a diario, mujeres adolescentes, jóvenes y adultas  de diferentes  religiones, lugares y clase social, aunque en mayor medida son las mujeres empobrecidas las que  mueren a causa de abortos mal practicados porque tienen menos posibilidades de acceder a un servicio de calidad”.

En Paraguay, el aborto y su tentativa, se encuentran penalizados, con una pena base de hasta cinco años (art. 109 ley 3440/08, que modifica el Código Penal). Se incluyen agravantes de hasta 8 años cuando se obrara sin consentimiento de la mujer o cuando con la intervención se pusiera a la mujer en riesgo de muerte o lesión grave.

La pena para la mujer está atenuada, con pena privativa de hasta dos años. La única excepción a la penalización se da en caso de “producir indirectamente 8 la muerte de un feto, si esto, según los conocimientos y las experiencias del arte médico, fuera necesario para proteger de un peligro serio la vida de la madre”.

La legislación nacional solo justifica la muerte del feto, cuando es una consecuencia no buscada pero inevitable de un tratamiento médico que protegiera de un peligro serio la vida de la mujer. Por ejemplo, si para salvar la vida de una mujer se necesitara algún tratamiento médico y este tratamiento médico produjera inevitablemente la muerte del feto, esto no sería punible.

Dificultades y avances en la reivindicación del aborto en Paraguay

“Hay un miedo desmedido por la autonomía de las mujeres y la idea de que los derechos de las mujeres son amenazantes principalmente para la reproducción de la familia. Es lo que plantean los antiderechos y así tratan de impedir cualquier debate legal sobre el aborto y el temor a los derechos sexuales y derechos reproductivos. Hay una ampliación de la oposición a los derechos de las mujeres. Aún siendo el Paraguay un Estado Laico, las diferentes religiones influencian sobre los responsables de la elaboración y promulgación de las leyes”, comenta Marina León. 

Para las mujeres campesinas e indígenas, con un acceso limitado a servicios de salud pública, la situación se torna aún más complicada. La participación de las mismas en la campaña aún es escasa pero existen mujeres como Concepción Meza de San Pedro, referente de la Federación de Mujeres del Paraguay, que activan convencidas de esta demanda al Estado.

 “Ore kuñakuéra campesina roparticipa sa’i gueteri la campaña 28 de Septiembre pero la reiméva organizadas, ya rodefendéma ha roparticipáva fuertemente. Ore roñemongueta abórtore Paraguaípe a pesar de la creencia religiosa y la escasa educación sexual porque ore roikuaá ha roentendé que la ore rete ha’eha ore mba’e y que la decisión avei ha’eha ore mba’e”, afirma.

Agrega que les afecta gravemente que el aborto esté penalizado. “Oreafectá ivaiteterie porque nadipori una atención a la salud con calidad y calidez, ha upévare muchas veces ore la osufrivéva”.  

Cerrando la entrevista, Marina León mantiene la esperanza hacia la posibilidad de lograr que las mujeres en Paraguay puedan decidir sobre sus cuerpos, su presente y futuro. Sostiene que mediante la Campaña 28 de Setiembre, actualmente existe una iniciativa a nivel nacional y latinoamericana que se ocupa de lograr el acceso a abortos seguros, legales y con calidad de atención en la región. “A partir de ella se debate sobre el tema en un estado laico, se pierde el miedo de hablar del aborto, luchar por leyes justas, servicios protegidos y de calidad para las  mujeres”, expresa.  

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