En 138 minutos el guión de Zach Baylin nos habla de la biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible que ayudó a formar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían marcando época en el deporte del tenis. Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas, y sirviéndose de métodos arriesgados y poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al olimpo del deporte, convirtiéndolas en iconos del tenis.

La música de Kris Bowers y la fotografía de Robert Elswit nos dan como resultado una historia muy fuerte, encabezado por la actuación de Will Smith quien contó con el buen apoyo de Aunjanue Ellis, Jon Bernthal, Saniyya Sidney, Demi Singleton, Tony Goldwyn, Andy Bean, Kevin Dunn, Craig Tate, Dylan McDermott, Katrina Begin, Andy Hoff y Jimmy Walker Jr.

La dirección de Reinaldo Marcus Green enmarca una presentación que fusiona bien por partes, géneros como el drama biográfico deportivo con tintes de drama familiar, muy bien ambientado en los años 80 y 90.

Pero sí, la lentitud expone un ‘biopic’ perfectamente ordinario, funcional y olvidable,resulta lamentable que la película no dedique un poco más de metraje a las dos hermanas, perdiendo la oportunidad de mostrar momentos más emocionantes y dinámicos.

Indiscutiblemente Smith es el rey absoluto de esta película convencional pero capaz de asomar al espectador al sueño de dos niñas de fuerte personalidad, donde el drama familiar es una conquista ante la pérdida deportiva.