Si nos vamos a la teoría, la misión del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) es la de “supervisar la Política Ambiental Nacional, promoviendo la investigación, recuperación, conservación, preservación, protección, ordenamiento y manejo de los recursos naturales, a fin de asegurar el desarrollo sostenible y garantizar el derecho de todos los ciudadanos a vivir en un ambiente saludable y disfrutar de los bienes y servicios brindados por los ecosistemas”.
Lamentablemente, en este caso específico, la práctica dista mucho de la teoría.
Ariel Oviedo es el personaje principal de la historia sobre el fracaso actual de uno de los ministerios más importantes.
Es uno de los hijos del desaparecido militar Lino Oviedo. Ingresó a la cámara de Diputados en el 2008 por el partido UNACE, y llegó en el 2008 a ejercer la vicepresidencia segunda de la Cámara. En el 2010 fue elegido presidente de la misma. En abril del 2013 volvió a ser elegido por otro periodo por el Partido Unace. Tras lograr la reelección, dejó al partido de su padre y se unió a la bancada oficialista del Partido Colorado.
En agosto del 2018 el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, lo nombró como titular del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible. Como dato de color, asumió dicho cargo aún sin culminar una carrera universitaria. A pesar de ello, se encontraba realizando una maestría. Y desde ahí, poco más para contar sobre su gestión.
En medio de una crisis ambiental… proselitismo
Desde 2018 hasta nuestros días el Paraguay viene sufriendo en materia medioambiental de problemas gravísimos. Prácticamente no hubo una semana en que este país no estuviera en llamas.
Los incendios forestales, las quemazones y el humo se convirtieron en algo usual del día a día. Mientras tanto, desde el MADES no ocurrió nada. Lo de promover la investigación, recuperación, conservación, preservación, protección, ordenamiento… quedó en el verso.
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También fue una noticia internacional el caso de la Laguna Cerro, quien se tiñó de rojo a causa de los desechos arrojados. Incluso el renombrado actor y activista ambiental, Leonardo DiCaprio, se hizo eco de la situación.
Como bien mencionaron desde IDEA, el daño ambiental causado es fruto de una institucionalidad débil. La contaminación de la laguna no hubiera ocurrido si el MADES (y la Municipalidad de Limpio) hubieran cumplido razonablemente bien con sus obligaciones legales.
Ya en ese punto se hizo tendencia en redes el hashtag #RenunciáArielOviedo, en donde los usuarios en línea manifestaban su rechazo hacia su administración.
Más recientemente, el caso de las arroceras que estarían bombeando el Río Tebicuary, infringiendo las normas ambientales, puso de vuelta al MADES en el ojo de la tormenta.
Hace días los pobladores de las ciudades aledañas al Río Tebicuary se encuentran movilizando a fin de exigir el cese del bombeo del mencionado cauce hídrico. Varios humedales ya se secaron como consecuencia.
Finalmente, trece diputados firmaron este lunes el pedido de interpelación al ministro del Ambiente. Argumentaron “inacción y presuntos hechos de corrupción que afectan la biodiversidad de los humedales del Lago Ypacaraí y el desvío y represa ilegal del Río Tebicuary”.
Al respecto, la diputada Kattya González expresó que Oviedo “es un analfabeto en tema ambiental”.
La gestión de Ariel Oviedo no se ha caracterizado por la defensa y protección del medio ambiente, sino por un silencio mórbido, fruto de la ineficiencia de alguien que no está preparado para un cargo tan importante.